Y sigo desempolvando viejos trabajos para mi blog. Este es el bajo izquierdo de mi casita London y el que quedaba para que la vieseis completa. Espero no haber sido tacaña esta vez con las fotos ;-)
Este es el texto que me escribió mi amiga Kriana para la publicación en la revista Miniaturas, visitad su blog porque merece la pena.
No se que pasa con las fotos pero lo he intentado un montón de veces y no hay manera de que se abran todas, lo siento, a ver si lo puedo solucionar.
“El trisquel”
Carmen nos presenta a su Asturias
Carmen Ormaza Martín es mi amiga y compañera miniaturista. No nos vemos mucho, porque ella vive en Avilés (Asturias) y yo a unos 1000 kilómetros más al sur, en Nerja (Málaga), pero sí compartimos esta pasión que nos mueve a todos en este mundo de las miniaturas, y comunicamos muy a menudo por internet.
Tengo el honor y la gran satisfacción de presentaros con su permiso uno de sus últimos trabajos, una tienda de recuerdos asturianos llamada “El trisquel”que no solo demuestra el amor de Carmen para su Asturias sino también su arte como miniaturista, digno de publicación.
“El trisquel es un símbolo formado por tres cuerpos que giran alrededor de un mismo eje, el nombre procede del celta bretón y significa “tres alas”. Popularmente lo calificamos de símbolo celta, pero la verdad es que ya se conocen representaciones de este tipo desde el neolítico, miles de años antes que naciera el primer celta, y, además, lo encontramos en el arte popular de otros muchos pueblos del mundo sin relación entre sí, así, por ejemplo, lo puedes encontrar en el arte japonés.
Asignarle un único significado a un símbolo que se repite en muchas culturas y durante miles de años es bastante arriesgado. Pero en el ámbito en que nosotros nos movemos, el celta o atlántico, suele atribuírsele un valor solar o, más en general, astral. Es, además, considerado un símbolo de buena suerte y profiláctico, que protege a la persona, animal o cosa que lo porta contra el mal de ojo o la influencia de demonios o brujas. Por ejemplo, en Asturies, desde la Edad Media los trisqueles (también los tetrasqueles, hexapétalas y otros tipos de rueda solar) solían tallarse o pintarse en las paredes de madera de los hórreos para proteger la cosecha que allí se guardaba y no son raros los ejemplos donde aparece asociado a otro símbolo relacionado con una deidad solar, la cruz cristiana.” (texto sacado de Internet)
En esta tienda, “El trisquel”, Carmen ha acumulado un montón de cosas típicas asturianas para el turista que quiere llevarse un recuerdo de este país tan especial. Lo que llama la atención al entrar en la tienda es el ambiente acogedor, gracias al revestimiento de las paredes, la distribución de los muebles expositores, los colores empleados y sobre todo la luz muy cálida.
La mayoría de los objetos han sido hechos por Carmen, pero también hay regalos de sus amigas miniaturistas Adelaida, Flor (de México), Montse, Marije, Erni(de Argentina), Eva, Susan y alguno mío...
Hay productos regionales como mermelada, dulces, miel, sidra, suspiros, casadielles, carajillos, embutidos, quesos, licores, todos hechos por Carmen y en sus embalajes originales asturianos como cajas para la sidra o tarros para la miel. También hay bolsas “El Trisquel” muy originales.
Los recuerdos pueden ser agendas de piel, cajas, bolsos, cestas, mapas, posters, láminas y postales, muñequitas asturianas, santinas, vaquitas, brujas, hórreos, gaitas, brujas, pisapapeles, libros, cuadros, cerámica, platos, dedales, bancos, lecheros, paragüeros, alfombras de piel, todo elaborado cuidadosamente por las manos de Carmen.
Destaca un mueble platero, es decir una estantería que cuelga contra la pared derecha y que luce una colección de platos preciosos imitando cerámica (elaborados con fimo).
Las vaquitas también son muy llamativas, tan diminutas y alegres. Y el expositor de dedales simplemente es una maravilla.
Lo que quizás tenga más mérito todavía es la cerámica negra de Asturias, también de fimo.
Todo ha sido elaborado por Carmen con mucha paciencia, con mucho arte y sobre todo con mucho amor para su Asturias, país de mar y montaña, de luz y oscuridad.
Y hablando de amor, el toque final de esta tienda tan bonita es la cabeza de oso que cuelga contra la pared, símbolo de Asturias también, y que le fue regalada a Carmen por sus hijas Eva y Blanca.
Karina Foret-Vrijdaghs
Carmen nos presenta a su Asturias
Carmen Ormaza Martín es mi amiga y compañera miniaturista. No nos vemos mucho, porque ella vive en Avilés (Asturias) y yo a unos 1000 kilómetros más al sur, en Nerja (Málaga), pero sí compartimos esta pasión que nos mueve a todos en este mundo de las miniaturas, y comunicamos muy a menudo por internet.
Tengo el honor y la gran satisfacción de presentaros con su permiso uno de sus últimos trabajos, una tienda de recuerdos asturianos llamada “El trisquel”que no solo demuestra el amor de Carmen para su Asturias sino también su arte como miniaturista, digno de publicación.
“El trisquel es un símbolo formado por tres cuerpos que giran alrededor de un mismo eje, el nombre procede del celta bretón y significa “tres alas”. Popularmente lo calificamos de símbolo celta, pero la verdad es que ya se conocen representaciones de este tipo desde el neolítico, miles de años antes que naciera el primer celta, y, además, lo encontramos en el arte popular de otros muchos pueblos del mundo sin relación entre sí, así, por ejemplo, lo puedes encontrar en el arte japonés.
Asignarle un único significado a un símbolo que se repite en muchas culturas y durante miles de años es bastante arriesgado. Pero en el ámbito en que nosotros nos movemos, el celta o atlántico, suele atribuírsele un valor solar o, más en general, astral. Es, además, considerado un símbolo de buena suerte y profiláctico, que protege a la persona, animal o cosa que lo porta contra el mal de ojo o la influencia de demonios o brujas. Por ejemplo, en Asturies, desde la Edad Media los trisqueles (también los tetrasqueles, hexapétalas y otros tipos de rueda solar) solían tallarse o pintarse en las paredes de madera de los hórreos para proteger la cosecha que allí se guardaba y no son raros los ejemplos donde aparece asociado a otro símbolo relacionado con una deidad solar, la cruz cristiana.” (texto sacado de Internet)
En esta tienda, “El trisquel”, Carmen ha acumulado un montón de cosas típicas asturianas para el turista que quiere llevarse un recuerdo de este país tan especial. Lo que llama la atención al entrar en la tienda es el ambiente acogedor, gracias al revestimiento de las paredes, la distribución de los muebles expositores, los colores empleados y sobre todo la luz muy cálida.
La mayoría de los objetos han sido hechos por Carmen, pero también hay regalos de sus amigas miniaturistas Adelaida, Flor (de México), Montse, Marije, Erni(de Argentina), Eva, Susan y alguno mío...
Hay productos regionales como mermelada, dulces, miel, sidra, suspiros, casadielles, carajillos, embutidos, quesos, licores, todos hechos por Carmen y en sus embalajes originales asturianos como cajas para la sidra o tarros para la miel. También hay bolsas “El Trisquel” muy originales.
Los recuerdos pueden ser agendas de piel, cajas, bolsos, cestas, mapas, posters, láminas y postales, muñequitas asturianas, santinas, vaquitas, brujas, hórreos, gaitas, brujas, pisapapeles, libros, cuadros, cerámica, platos, dedales, bancos, lecheros, paragüeros, alfombras de piel, todo elaborado cuidadosamente por las manos de Carmen.
Destaca un mueble platero, es decir una estantería que cuelga contra la pared derecha y que luce una colección de platos preciosos imitando cerámica (elaborados con fimo).
Las vaquitas también son muy llamativas, tan diminutas y alegres. Y el expositor de dedales simplemente es una maravilla.
Lo que quizás tenga más mérito todavía es la cerámica negra de Asturias, también de fimo.
Todo ha sido elaborado por Carmen con mucha paciencia, con mucho arte y sobre todo con mucho amor para su Asturias, país de mar y montaña, de luz y oscuridad.
Y hablando de amor, el toque final de esta tienda tan bonita es la cabeza de oso que cuelga contra la pared, símbolo de Asturias también, y que le fue regalada a Carmen por sus hijas Eva y Blanca.
Karina Foret-Vrijdaghs